Modelo sistémico

Modelo sistémico

¿Qué es el paradigma sistémico?

Este paradigma agrupa modelos que abordan los problemas tomando en cuenta al individuo y las interacciones que mantiene con su contexto, que puede ser la familia, la escuela, un trabajo, un equipo, etc.

Considera que la familia, como sistema, es la unidad más importante en la crianza y socialización. Ésta siempre influye en la evolución y salud de sus miembros, ya sea por tenerla y ser funcional; o por no tenerla o ser disfuncional.

Todas las familias cambian y evolucionan a lo largo de su ciclo vital. En este se presentan períodos de estabilidad, donde se mantienen las reglas que regulan la relación entre sus miembros; hasta que surge la necesidad de cambios, que se perciben cuando esas reglas dejan de ser funcionales; ya sea porque aumenta o disminuye el número de miembros, porque éstos crecen y reclaman un trato diferente acorde a su edad, etc.

A este tipo de cambios los denominamos crisis evolutivas, las cuales son predecibles, por lo que se pueden anticipar y pasan desapercibidos como etapas de conflicto. Del mismo modo, los cambios se pueden presentar ante acontecimientos predecibles e indeseables como enfermedades, accidentes, mudanzas, migraciones, infidelidad, separaciones por cualquier causa, entre otras. Todos ellos modifican el sistema familiar.

Al igual que la familia, existen otras unidades que pueden generar disfunción; como la escuela, donde se puede presentar trastornos de aprendizaje, bullying, manifestaciones de ansiedad o de depresión, por crisis no resueltas. De igual manera, en el trabajo suelen ser frecuentes los conflictos con superiores o subalternos; o bien, desde puestos de autoridad se puede observar fallas de coordinación entre los equipos de trabajo.

El síntoma o el conjunto de ellos, es considerado como la queja de quien se encuentra en una situación que desea modificar y no lo logra. En ocasiones, el síntoma se representa como una metáfora de las interacciones del sistema.

El paradigma sistémico busca modificar patrones de relación disfuncional, generando cambios con resultados efectivos y duraderos.

Historia

Para la década de 1950, el desarrollo de la psicología se había dado desde perspectivas centradas en el individuo. Sin embargo, las terapias del momento no encontraban explicación a  muchas de las aflicciones y trastornos de la salud mental que manifestaban los pacientes; como la esquizofrenia y graves trastornos de conducta. Al darse seguimiento a los pacientes con estos padecimientos, se observó que al regresar de haber interactuado con sus familias, recaían con facilidad y tenían que ser internados nuevamente.

Las primeras investigaciones se realizaron con familias que tenían, entre sus integrantes, a un miembro diagnosticado con esquizofrenia. Estos estudios empezaron a ver a la familia como unidad de abordaje.

Después de la segunda guerra mundial, se expandió la Teoría General de los Sistemas, que coincidió con la tendencia de las ciencias humanas a incluir el contexto y al observador como parte de la descripción de los acontecimientos. Desplazando el interés desde los factores intrapsíquicos del individuo hacia los aspectos interpersonales. Generándose un nuevo paradigma, el paradigma sistémico.

Posteriormente, entre los años 70’s y 80’s se dio un gran desarrollo de la bibliografía sobre la terapia familiar. Surgen así distintas escuelas, desarrolladas a partir de la experiencia clínica de sus líderes.

En la década de 1990, aumentó el apoyo a la investigación psiquiátrica por parte de los laboratorios de especialidades medicinales, representando una dura batalla para la actualización de los modelos de psicoterapia.

De esta manera, los avances en las ciencias de la salud con el apoyo de la tecnología, permiten que las personas vivan más tiempo en condiciones que décadas atrás no se creían posibles. Muchas de estas personas viven más años con un mayor grado de dependencia, necesitando ayuda de otros para mantener su calidad de vida. Estos cuidadores suelen ser, en primer lugar, los propios familiares.

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